domingo, 10 de mayo de 2015

Adaptación cinematográfica de la obra teatral “El hombre que amo”


Perfil de los personajes

Ella: Martina (35 años), es maquilladora y amante del tango, trabaja en un teatro pequeño practicando ambas pasiones. Ella es una persona responsable, organizada y prolija. Fue la que tomo la decisión de separarse de Augusto, ya que las diferencias entre ambos supero su paciencia. Cada vez que ella emprende algo, lo hace con mucha dedicación y esfuerzo. Augusto es todo lo contrario y eso la enfurece.
Él: Augusto (45 años), es músico y profesor. Le apasiona la música. No tiene trabajo estable y no le preocupa. Tampoco le preocupa el orden y la prolijidad. Es tranquilo, sencillo y dulce con Martina. Él deseaba continuar con la relación, ya que no le molestaban las diferencias que existían entre ambos, pero acepto la decisión de ella.
Después de un mes de la ruptura, se cruzan de casualidad en el teatro donde ella trabaja, no pueden evitar la atracción que sienten y van a cenar juntos a la casa de Martina.
Martina vive sola, donde antes vivía con Augusto. Él, en cambio, está viviendo en la casa de sus papás. Esto último, es por una de las razones que Martina cree que su ex es un fracasado e inmaduro.
A pesar de todo, ellos se quieren; pero les cuesta ponerse de acuerdo y tener una buena comunicación.

Propuesta de puesta en escena

Escena 1: Martina y Augusto se cruzan en un teatro. Los dos personajes se ubican enfrentados, cada uno de un lado del cuadro. Ella viste prolijamente con colores vivos y él no tan arreglado con colores oscuros. La iluminación va a ser cálida y va marcar las diferencias entre sí de estos personajes.
Escena 2: Martina y Augusto se encuentran en la casa de Martina. Es un lugar pequeño, con pocos objetos ordenados. Hay una mesa, dos sillas y un equipo de música. Aquí también se ubican cada uno de un lado del cuadro, la luz es cálida y diferente en cada uno.
Basándome en la poética de Win Wenders, en las dos escenas se va a observar acción y movimientos de los personajes dentro del cuadro, no va a haber planos estáticos. Voy a utilizar planos medios y planos detalles, con cámara en mano y traveling. Va a haber sonido ambiente y música, principalmente la canción nombrada en la obra “The man i love” de Billie Holiday.

Equipo

Directora: Macarena Aquino;
DF: Lucia Palacios;
Productor: Manuel Olcese.


Guión literario (primera version)


ESC 1. INT – SALA DEL TEATRO – DIA
MARTINA ordena y guarda sus maquillajes. Agarra su cartera. Sale de la sala y choca de sorpresa con AUGUSTO.
Se miran.
Augusto sonríe y Martina se queda seria.

Augusto:
Hola…
Martina: (antipática)
Hola…
Augusto: (entusiasmado)
¿Cómo estás?
Martina:
Bien…
Silencio.
Augusto:
Qué bueno…
Vine a una prueba. Están buscando un guitarrista para una banda de flamenco…

Silencio.

Augusto:
¿Seguís trabajando acá?
Martina:
¿Y cómo te fue?
Augusto:
¡Estas hermosa! Me fue Bien…
Martina:
Me tengo que ir.
Augusto:
Qué lindo que te quedan los aritos. Voy con vos.
Martina:
No, voy sola…

Augusto se queda callado mirándola.

Martina:
Podes venir a la noche… a cenar…

Martina le da un beso en el cachete a Augusto y se va. Augusto se queda mirándola.


ESC 2. INT – CASA MARTINA – NOCHE
Martina llega a su casa, apurada deja su cartera y lleva las bolsas de las compras a la cocina. Ordena los objetos desordenados. Se ata el pelo, pone en una fuente bife de lomo con papas noisette y lo mete en el horno. Va a al baño, se baña, se maquilla, se pone un vestido colorido y se peina. Revisa la comida. Se mira en el espejo y se arregla el pelo. Ordena la mesa y pone los platos y los vasos.
Suena el timbre.
Martina abre la puerta y es Augusto que sigue vestido igual que a la tarde cuando se cruzaron. Martina lo observa y lo invita a pasar.

Augusto:
Traje el postre…

Le da a Martina dos paquetes de confites y uno está abierto.

Augusto:
Tuve que probar algunos porque tenía hambre. (Ríe)

Martina lo mira de mala manera y los lleva a la cocina.

Martina:
¿Llevas esto a la mesa?

Martina le da a Augusto los tenedores y las servilletas y revisa la comida. Luego lleva la sal a la mesa y ve que los tenedores y las servilletas no están en la mesa, observa que Augusto los dejo arriba de la silla. Lo mira a Augusto y él está mirando su viejo celular. Así que Martina los ordena en la mesa. Se lleva los platos.

Martina:
Ya está la comida…
Silencio…
Veni a buscar tu plato.

Augusto sigue mirando su celular y se sienta en la mesa.
Martina lo mira de la cocina y le acerca el plato a la mesa. Vuelve a la cocina.
Agusto estira el brazo para agarrar el vino y torpemente tira papas de su plato y el tenedor al piso, igual no le preocupa y se sirve vino.
Lega Martina con su plato.

Martina: (exaltada)
¿Y ese tenedor? ¿Y esas papas?

Augusto observa el piso.

Augusto:
Me mandaron un mensaje.
Ah, se me cayó a mi.

Augusto agarra el tenedor y lo pone sobre la mesa. Martina agarra el tenedor y se va la cocina.
Augusto:
¿Mi tenedor?

Martina vuelve enojada con un tenedor limpio y con una escoba para barrer las papas del piso.

Augusto:
Vamos a comer, después limpias.

Martina lo mira con odio y ve que Augusto se sirve vino y vuelca sobre la mesa.

Martina: (enojada)
¡¿Que haces?!
¿No te das cuenta que estas manchando todo?
Deja, que el vino lo sirva yo.

Con la mano libre agarra el vino. Deja la escoba y limpia con servilletas lo que ensucio Augusto.
Augusto la mira. Martina se sienta. Están sentados uno frente al otro, en el medio una mesa con la cena servida. Luego de un silencio largo y tenso.

Martina:
Vos y yo sabemos que no sos especialmente bueno en nada… Vas de acá para allá como un adolescente en celo sin dormir… Estiras el tiempo que pasa y te aplasta… y así y todo te alcanza para endulzar algún oído, palpar un culo y meterla… Tu cuota de suerte se alarga y eso a vos te tranquiliza… Esa suerte chiquita que tenés… Esa suerte de eterno principiante.

Pausa. Observan la comida.

Augusto:
¿Cocinaste vos?
Martina: Sí. Bife de lomo con papas noisette.
Augusto:
Siempre me maravillo cómo mezclas el bife de lomo con las papas noisette.
Martina:
Sí me sale bien.
Pausa
Augusto:
Perdoname, te interrumpí, seguí si querés.
Martina:
Sos el perdedor que a todas nos gusta y deberías creer en Dios solo por eso.

Luego de una breve pausa comienzan a comer. El ritmo es pausado y excesivamente tranquilo. Todo es silencio.

Augusto:
Me vuelvo loco si no estoy con vos…
Martina:
Me impresiona cómo envejeces con dignidad, te po- nés prendas pensadas de color oscuro, hacés depor- te, sos pensante…
Augusto:
Te extraño horrores…
Martina:
Me impresiona cómo te manejás en general. Con un poco de sensibilidad me hacés el banquete y te ingiero hasta el hartazgo
Augusto:
No veía la hora de verte…
Martina:
Tu entrenamiento es infalible… yo siempre regodeándome en ese lugarcito que me das.
Augusto:
¿Querés que hablemos?
Martina:
O que me dabas (Pensativa) ese lugarcito que me dabas.
Augusto:
¿Querés hablar?
Martina:
No te podés quejar.

Sirve vino en la copa de Él

Para ser un perdedor no te va nada mal.
Pausa.
¿Cómo estás vos? No dijiste ni una palabra desde que llegaste.

Augusto:
Cambiaste todo… la disposición de los muebles… la gama de colores…

Observa desconcertado todo el lugar. Pausa

Martina:
¿Pongo algo de música?
Augusto:
Cambiaste de lugar los cuadros…
Martina:
Algo tranquilo para acompañar la cena, nada estridente, obvio.
Augusto:
¿Y el cuadro mío? El que tenía los lunares amarillos.
¿Qué hiciste con el cuadro mío?
Martina:
¿Querés música clásica o jazz?
Augusto:
Me lo puedo llevar el cuadro… Me lo llevo si vos querés…
El cuadro de lunares te digo…
Martina:
Contame algo tuyo. Hablé yo todo el rato y vos no dijiste nada.
Augusto:
Para mí tiene un valor afectico, si para vos no significa nada me lo llevo y listo. Para qué lo vas a querer si no lo vas a colgar.
Martina:
Ni una sola palabra te escuché decir. Si mal no recuerdo ese cuadro te lo llevaste hace tiempo. Yo creo que no lo tengo…

Silencio muy tenso.

Augusto:
No estoy bien, no me siento bien en general, la estoy pasando como puedo, y ahora me vengo a desayunar del cuadro a lunares… y no es que me importe especialmente el cuadro porque no me importa nada realmente… pero es la actitud… si no lo ibas a colgar me lo podrías dar… Prefiero jazz, la música clásica me deprimiría…

Comienza a escucharse a Billie Holiday
interpretando The Man I love.

Augusto:
En cambio elegís tirarlo o regalarlo vaya uno a saber a quién, porque asumo que ya no está en la casa. ¿Me equivoco? Ya no estamos en la casa ni el cuadro ni yo. Pero el cuadro podría tenerlo conmigo y no logro comprender por qué elegiste regalarlo o tirarlo o lo que sea que hayas hecho… ¿Para qué me dijiste que venga?
Martina:
¿Para qué viniste?
Augusto:
Decime lo que me querías decir.
Martina:
¿Qué hacés acá?
Augusto:
Decímelo de una vez.
Martina:
Voy a arrancarte los botones de la camisa, voy a romper el cierre de tu pantalón, voy a morderte el labio, voy a exagerar como siempre las bondades de tu sexo, voy a decirte que no mientras hago que sí, voy a tirar con brusquedad tu pelo… tu cara… te voy a rasguñar la espalda mientras paso la lengua por tu cuello.
Augusto:
¿Me amás?
Martina:
Y de este modo, voy a seguir afinando mi perversión de enunciarte único.
Augusto:
¿Me amás o no me amás?
Martina:
Voy a ser la hija de puta que te enfiesta, sabiendo de sobra que no me llegás ni a los talones.
Augusto:
Yo también te amo amor, también te amo…

Sube el volumen de la canción.
Comienza a bajar la luz.



Fin

1 comentario:

  1. Macarena, como te mencioné en el comentario anterior tenés que probar de salir del texto teatral, para no caer en una puesta teatral como la que planteás.
    No veo ninguna reminiscencia a la poética de Wenders en ningún lado. Me parece que tendrías que ver más en detalle alguna de sus películas, para poder encontrar algo de su forma de amar la Puesta en Escena que te ayude a armar tu Puesta.
    Hay una leve visualización en el perfil de los personajes, pero no se plasma en la Puesta en Escena. Cómo harías para contar algo de lo que describís de los personajes en la Puesta? Pensá que el espectador tiene que comprender lo que vos describís en Lo No Dicho y en los Perfiles de Personajes, con alguna herramienta de la Puesta en Escena.
    Wenders es uno de los directores de cine con más recursos de Puesta en Escena, y no lo estás aprovechando.

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