martes, 9 de junio de 2015

Nueva version del guion literario


ESC 1. EXT – PLAZA – DIA
SANDRA se encuentra dentro de su auto, escuchando jazz. Se arregla y maquilla mirándose en el espejo retrovisor.
Mira su reloj y se impacienta. Toma su cartera, apaga la música y baja del auto. Camina por la vereda que rodea la plaza.
Se cruza a AUGUSTO que viene de frente a ella en sentido contrario. Ella se detiene unos segundos, lo mira y sigue su caminata. Augusto se queda mirándola.
Sandra se sienta en un banco de la plaza, saca de su bolso una empanada y empieza a comer.
Augusto se acerca al banco, se queda de pie al lado de él.

Augusto:
¿Empezas a comer sin mí?

Sandra lo ignora y sigue comiendo tranquilamente.

Augusto:
¡Qué lindo día! ¿No?

Quedan en silencio por unos instantes. Sandra traga su comida.

Sandra:(Sin mirarlo)
Vos y yo sabemos que no sos especialmente bueno en nada… Vas de acá para allá como un adolescente sin dormir… Estiras el tiempo que pasa y te aplasta… Tu cuota de suerte se alarga y eso a vos te tranquiliza… Esa suerte chiquita que tenés…

Augusto la mira unos instantes y se sienta al lado de ella, que continua comiendo. Se sientan distanciados entre sí. Augusto la observa y Sandra no lo mira.

Augusto:
¿Las hiciste vos?
Sandra:
Sí.
Augusto:
Deben estar ricas…

Sandra sin mirar a Augusto, le da una empanada. Augusto le da un mordisco y la mira.

Augusto:
Siempre me maravillo las mezclas que haces para los rellenos.

Sandra:
Sí me sale bien.
Ambos comen en silencio.

Augusto:
Perdoname. ¿Ibas a decir algo y te interrumpí? Seguí si querés.
Sandra:
Sos el perdedor que a todas nos gusta y deberías creer en Dios solo por eso.

Ambos comen lentamente y en silencio. Augusto la mira.

Augusto:
Me vuelvo loco si no estoy con vos…
Sandra: (Sin mirarlo)
Me impresiona cómo envejeces con dignidad…
Augusto:
Te extraño horrores…
Sandra:
Me impresiona cómo te manejás en general. Con un poco de sensibilidad me hacés el banquete y te ingiero hasta el hartazgo

Augusto se acerca un poco mas a Sandra, manteniendo distancia.
Augusto:
No veía la hora de verte…
Sandra:
Tu entrenamiento es infalible… yo siempre regodeándome en ese lugarcito que me das.
Augusto:
¿Querés que hablemos?
Sandra:
O que me dabas (Pensativa) ese lugarcito que me dabas.
¡Justamente la hora no viste! 40 minutos tarde.
Augusto:
¿Querés hablar?
Sandra:
No te podés quejar.

Martina saca una botellita de agua y un vaso de plástico. Se sirve y toma agua.

Sandra:
Para ser un perdedor no te va nada mal.

Sandra vuelve a tomar agua y guarda la botella y el vaso.
Augusto observa los movimientos de Sandra.

Sandra:
¿Cómo estás vos? No dijiste ni una palabra desde que llegaste.
Sandra se limpia las manos con unas servilletas que saca de su bolso.
Augusto la mira desconcertado.

Augusto:
¿Y La pulsera de lunares?
Tenes puesta otra…
Sandra:
En un rato, me voy a mi clase.

Augusto observa las muñecas de Sandra.

Augusto:
La pulsera que te regale… Esa no te la di yo.
Sandra:
No puedo llegar tarde. Mis alumnas son muy puntuales.

Sandra guarda todo en su bolso.

Augusto:
¿Y la pulsera? La que tenía lunares.
¿Qué hiciste con la pulsera?

Sandra se mira y se observa con un espejo de mano.
Augusto se acerca mas a Sandra.

Augusto:
Me la podrías haber devuelto… Me la quedaba si querías…
La pulsera te digo…
Sandra:
Contame algo tuyo. Hablé yo todo el rato y vos no dijiste nada.
Augusto: (Apenado)
Para mí tiene un valor afectico, si para vos no significa nada me la dabas y listo. Para qué la queres si no la vas a usar.

Sandra lo mira a Augusto.

Sandra:
Ni una sola palabra te escuché decir. Si mal no recuerdo esa pulsera te la di para que la llevaras a arreglar. Yo creo que no la tengo…

Se quedan en silencio y Augusto le da la espalda a Sandra.

Augusto: (angustiado)
No estoy bien, no me siento bien en general, la estoy pasando como puedo, y ahora me vengo a desayunar lo de la pulsera… y no es que me importe especialmente la pulsera porque no me importa nada realmente… pero es la actitud… si no lo ibas a usar me lo podrías dar…

Silencio tenso.

Augusto:
En cambio elegís tirarla o regalarla vaya uno a saber a quién, porque asumo que ya no la tenes. ¿Me equivoco?
La pulsera podría tenerla conmigo y no logro comprender por qué elegiste regalarla o tirarla o lo que sea que hayas hecho…

Augusto mira fijo a Sandra.

Augusto:
¿Para qué me dijiste que venga?

Sandra lo mira.
Sandra:
¿Para qué viniste?
Augusto:
Decime lo que me querías decir.
Sandra:
¿Qué hacés acá?
Augusto:
Decímelo de una vez.

Sandra se pone de pie repentinamente y lo mira a los ojos.

Sandra:
Voy a arrancarte los botones de la camisa, voy a romper el cierre de tu pantalón, voy a morderte el labio, voy a exagerar como siempre las bondades de tu sexo, voy a decirte que no mientras hago que sí, voy a tirar con brusquedad tu pelo… tu cara… te voy a rasguñar la espalda mientras paso la lengua por tu cuello.

Augusto:
¿Me amás?
Sandra:
Y de este modo, voy a seguir afinando mi perversión de enunciarte único.
Augusto:
¿Me amás o no me amás?
Sandra:
Voy a ser la hija de puta que te enfiesta, sabiendo de sobra que no me llegás ni a los talones.

Augusto toma de la mano a Sandra y la trae hacia él.

Augusto:
Yo también te amo amor, también te amo…

Augusto estando sentado y Sandra de pie, se abrazan.

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